ZEUS Y EGINA.

Egina en la mitología era una ninfa (es una deidad es decir sobrenatural, normalmente (aunque no siempre) con un poder importante, adorado, concebido como santo, divino o sagrado, tenido en alta estima y respetado por sus adeptos y seguidores) hija del dios-río Asopo y de Metope. La cual concibió a dos hijos barones solo uno del dios Zeus, uno MENECIO según lo que se dice cuando Patroclo mató durante unos juegos al hijo de Anfidamante, Menecio huyó con él a la corte de Peleo en Ftía, donde fue educado y el otro hijo de Zeus Éaco era el rey de la isla Egina en el golfo Sarónico. Fue muy famoso por el recto sentido de la piedad y la justicia con la que gobernó a su pueblo y sus juicios eran buscados desde toda Grecia, tanto que tras su muerte fue designado juez de las sombras en el Érebo, junto con los cretenses Minos y Radamantis. Y también es una de las historias donde Zeus rapta a esta mujer mortal donde este dios tomo forma de un hermoso león y raptó a Egina, llevándola a una isla del golfo Sarónico cerca de Ática llamada Enone o Enopia, y desde entonces por su nombre. El padre de Egina, Asopo, se enteró por Sísifo del rapto y corrió tras ellos, pero Zeus le arrojó sus rayos, devolviéndolo a su cauce. Egina terminó dado a luz al hijo de Zeus: Éaco, que se convertiría en rey de la isla.